viernes, 16 de marzo de 2012

Influencia de los medios de comunicación en la sexualidad de los adolescentes venezolanos



influencia de los medios de comunicación
en la sexualidad de los adolescentes venezolanos
Hilda Buriel Marcano

La sexualidad es parte fundamental del desarrollo progresivo de cualquier persona, el individuo crece descubriendo su significado; por lo tanto es una dimensión de la persona que incluye los tres aspectos esenciales de lo humano: lo biológico, lo psicológico y lo espiritual. Estos tres aspectos deben encontrarse en equilibrio y esto se logra a través del conocimiento de una sana sexualidad, donde el ejercicio oportuno y racional lejos de representar algún riesgo para las personas involucradas, sea la conducta natural y apropiada para cada individuo.
La educación sexual es producto, en gran medida, de las experiencias vividas en la familia; este conocimiento se incrementa con la formación escolar; los medios de comunicación masiva y, en general, con toda vivencia compartida con los semejantes.
Es precisamente en los medios de comunicación donde la mayoría de los  adolescentes consiguen respuesta a las interrogantes e inquietudes propias de esa edad. Generalmente la información que obtienen es despersonalizada, de diversión y en ocasiones pesimista en relación con la capacidad de los jóvenes para canalizar sus impulsos y orientar sus emociones. Por consiguiente dicha información no considera las diferentes etapas de desarrollo de niños y adolescentes, y no se le da importancia a los valores básicos de la vida, en cambio se exalta el consumismo, se crean necesidades ficticias que no siempre el joven puede satisfacer, lo cual genera frustraciones en ellos.
El fin de los medios de comunicación es influir en la población a través de la información que llega a todos. Si bien es cierto que estos medios cumplen con este objetivo, también lo es el hecho de que la información se manipula en función de generar lo que más atractivo sea para los espectadores. Estos medios que abarcan grandes masas, especialmente la televisión y el internet, han logrado entrar en la conciencia de cada niño, de cada joven y hasta de cada adulto como algo mágico. A través de la televisión se vende lo que se desee vender; lo que más llama la atención en este tipo de promoción es como llega hasta el comprador el producto en cuestión. Por supuesto cada agencia publicitaria utilizará las “mejores armas”, lo que está seguro impacta en las mayorías; la “explotación” de la sexualidad, las escenas eróticas y la exhibición del placer, como una necesidad inaplazable, sin indicar los riesgos que implica esta búsqueda hedonista.
Esta cultura hedonista está basada en la búsqueda del placer y la supresión del dolor como objetivo o razón de ser de la vida. El hombre se ha de mover exclusivamente por aquellas cosas que le resulten agradables y útiles. Por impulsos primarios: comer, afirmación personal, sexo. El ideal es el confort, medida de la felicidad, y un excesivo sentimentalismo que se aplican a la vida diaria como si fuesen lo mejor.
En la búsqueda de reconocimiento y como parte de su crecimiento, el adolescente siente la necesidad de pertenencia, lo que lo lleva a vivir una crisis de identidad y, por ende de independencia, se produce un vacio emocional que usualmente encuentra solución en la interrelación con otros jóvenes. Esto los lleva, en su mayoría, a darle mucha importancia a la imagen, a través de la cual los medios de comunicación  venden cualquier producto.
Por lo general imitan y adoran a los artistas, modelos, deportistas del momento o cualquier personaje interpretado por sus “ídolos”. Muchos de estos promueven antivalores, como el alcoholismo, tabaquismo, drogadicción, exhibicionismo, promiscuidad y hasta la delincuencia en el peor de los casos. Muchos jóvenes se muestran insensibles a estos problemas y aun así están ávidos de consumir alimentos, maquillaje, ropa, perfumes o cualquier otro artículo que estos promuevan.
Muchos adolescentes, atrapados en este mundo  cargado de erotismo, como parte de la moda, se dejan llevar fácilmente por la gratificación temporal que ofrece la sexualidad sin considerar sus riesgos. Confunden placer y felicidad. Los placeres, por si solos, no garantizan felicidad alguna. Cuando el adolescente, que es más vulnerable y más receptivo ante los medios de comunicación, relaciona el mundo real con la fantasía de la televisión y no logra discernir entre una y otra situación, es capaz dejarse envolver por ese mundo, y en muchos casos se siente impulsado a la práctica sexual precozmente, lo que implica en muchos casos un despertar de impacto ante la realidad, esto a su vez puede representar un embarazo no deseado, una enfermedad de transmisión sexual o lo que es peor aun, el contagio de VIH/SIDA.
Muchos jóvenes venezolanos han tomado la sexualidad muy irresponsablemente, siguiendo un patrón de cultura donde se toman la vida como se les presente, en su andar cotidiano, muy atentos a  la valoración excesiva de si mismos e indiferentes a los demás y a las consecuencias de sus actos. Muchas veces, influenciados por los diversos medios que pregonan la cultura de los placeres fácilmente asequibles y alejados totalmente de la realidad de la vida.
En Venezuela el inicio de la función sexual entre adolescentes cada vez ocurre a más temprana edad. Existen estadísticas que demuestran que la población joven venezolana se está iniciando sexualmente desde los 12 años, inclusive hay niñas que sin haber tenido su primera menstruación ya tienen función sexual. Esta situación conlleva a una cadena de nuevos problemas en materia de salud pública tales como el incremento de adolescentes embarazadas, mortalidad infantil, familias disfuncionales, prostitución, abuso a menores, hacinamiento, enfermedades de transmisión sexual, alcoholismo, drogadicción y el mal que aqueja grandemente a la nación la delincuencia desborda.
Es menester no dejar la educación de los hijos a merced de los medios de comunicación. La verdadera comunicación se debe establecer entre los padres y los hijos; entre los docentes y los estudiantes y en la medida de lo posible entre los docentes y los representantes.
En función de lo anteriormente planteado, es importante tomar en cuenta que todo adolescente debe ser educado en función de su sexualidad; facilitándole lo que realmente necesita, indagando sobre qué realmente le interesa saber en relación al tema, superando los prejuicios y tabúes que interfieren en la comunicación de este y los adultos responsables de su instrucción. Esto requiere conocer mejor a un grupo que tiene características esenciales sobre las cuales se debe ahondar. Aplicar la metodología ya existente con creatividad, a fin de hacer el proceso de aprendizaje en materia de educación sexual más atractivo e interesante. 

Además es importante para el adolescente que se le reconozca su sexualidad, lo que no significa incentivarlos al inicio de la función sexual; sino que se debe facilitar el reconocimiento de su desarrollo sexual como algo natural tanto para ellos como para los adultos que los rodean. Y aun más importante es entender lo complejo del proceso de maduración psicosexual que están experimentando.


hildaburiel@yahoo.es




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