¿HACIA DÓNDE VA LA
EVALUACIÓN DEL SUBSITEMA DE EDUCACIÓN
BÁSICA EN EL NIVEL DE EDUCACIÓN
MEDIA GENERAL EN VENEZUELA?
AUTOR:
LUÍS VARGAS
Aunque hace apenas unos años era muy
escaso el número de personas que se interesaba por los problemas de la
enseñanza y aprendizaje de la Evaluación Educativa, en la actualidad asistimos
a un aumento notable de las publicaciones, diseños curriculares e investigación
relacionados con este tema. El propósito de la investigación es hacer un breve
resumen de este desarrollo en el ámbito nacional y reflexionar sobre la
situación actual y perspectivas futuras de la Evaluación Educativa en nuestro país, con el fin de objetivar su
aporte al porvenir de nuestras escuelas en tiempos de crisis.
Es por ello que debe mirarse bien dónde se pone la mayor parte del
esfuerzo para que el resultado sea acorde con las expectativas, que brotan de
un proyecto consensuado. Son innumerables las variables que pueden ser
activadas y desplegadas en orden para mejorar el servicio educativo, y en
particular vincular los logros de la
institución escolar con la familia y la sociedad. Todas esas iniciativas pueden
encontrar enconados defensores y razonables argumentaciones.
El interés que nos mueve está ahora en introducir en el ámbito educativo, a saber: la calidad
de la evaluación, la equidad y los valores, que son como las condiciones
necesarias y trascendentales que acompañan cualquier cambio o proceso de
transformación educativa. En consecuencia, así visto el problema,
la Evaluación se reconoce en las Ciencias
de la Educación con un campo de especificidad científica que ha de
establecer las teorías fundamentales que interpretan su objeto de estudio; los
principios, categorías y métodos que le competen; el conocimiento de los
procesos cognitivos, valorativos y sociales del sujeto que aprende; los
contenidos que le son propios; el contexto disciplinar que le concede saberes;
y, por consiguiente, el ámbito científico de la enseñanza y de la
investigación.
Desde esta perspectiva, la Evaluación no
puede ser considerada una técnica, un instrumento, un hecho empírico, por
cuanto la búsqueda de su verdad legitima la condición del saber científico. En
la práctica docente la evaluación debe verse,
esencialmente, como un elemento fundamental para la retroalimentación del
proceso de aprendizaje, de forma que el
estudiante dé cuenta qué sabe y qué ignora. Este tipo de evaluaciones es de
gran utilidad para que los docentes revisen la eficacia de su trabajo y busquen
las mejores estrategias de enseñanza; de estas evaluaciones la institución
también obtiene valiosa información para evaluar el Plan de Estudios, los
programas, los métodos , el desempeño de los docentes, las
categorizaciones, valorizaciones, actitudes, habilidades y destrezas del sujeto
que aprende.
Con respecto a las habilidades y
destrezas conviene aclarar que,
cuando pensamos nos valemos de categorías para afirmar, negar, relacionar,
analizar, y en este proceso habría que concebir las destrezas, no de manera
instrumental, como lo acepta tradicionalmente la Evaluación, sino asumidas
epistemológicamente - vía para acceder al conocimiento reflexivo, objeto propio
del paradigma científico de la Evaluación. De hecho, al evaluar destrezas
tendríamos que considerar los conceptos, los juicios, los razonamientos y las
valorizaciones contenidas en ellas, pues lo que nos interesa en este modelo es
el proceso constitutivo de las destrezas y las habilidades, y a la vez, su
pertinencia en la teoría y práctica evaluativa
en relación con los procesos de aprendizaje categorial
desarrollado por el sujeto-alumno en la práctica social transformadora.
Se
trata aquí, de reconocer, que este paradigma es antagónico al prototipo
evaluativo que fundamenta el curriculum del subsistema de educación básica en el nivel de educación
media general de la corriente empirista pragmática- conductista, cuyos
presupuestos teóricos se asientan en la concepción cuantitativista,
instrumentalista, objetivista, que de manera explícita o implícita- justifica
los principios de control, predicción, medición, comprobación, adecuación,
normatividad, experimentación, fragmentación, legitimadores del objeto de
estudio de la Evaluación en el sistema de pensamiento mencionado.
En esta lógica teórica, es evidente la descontextualización del fenómeno
evaluativo en relación a su entidad substancial y a su carácter
constitutivamente histórico, educativo y social, por lo que su función se
reduce a preparar al estudiante para reproducir saberes establecidos y actuar
de manera predeterminada ante estímulos programados. Por supuesto, este
criterio de operatividad pedagógica niega la relación dialéctica sujeto-objeto
Mediada por el contexto social y condiciona el aprendizaje del alumno a la
práctica utilitaria.
Considero, esta realidad, es la realidad de la teoría de la Evaluación,
de su naturaleza y verdad, de su discurso emergente, de su saber, de sus nexos
y relaciones, de su cualidad polisémica y de su devenir científico e
histórico. Este corpus teórico del
problema, nos permite indagar acerca del logos de una postura que pretende
reivindicar el ser y la función de la Evaluación en el paradigma
teórico-crítico e histórico-educativo, desde el cual es posible preguntar por
el origen y la verdad del conocimiento en relación con la sociedad, con los problemas del ser humano,
con la esfera de los valores morales y éticos; postura de reflexión que opone
al derecho de lo establecido, el derecho de la subjetividad crítica como
manifestación de libertad humana, fuerza opuesta a la inanición del pensamiento
que conduce a aceptar y cumplir las normas sin hacer juicios sobre el valor
contenido en ellas.
Ahora bien, para que esa actitud reflexiva sea práctica consciente es
necesario un proceso de educación donde se enseñe al niño a confrontar su
condición de ser sujeto con el hecho instituido, a concebir el conocimiento en
un espacio de categorías matrices. Esta fuerza crítica, que es a la vez
condición autocrítica, valora todo el Proceso Unitario de Enseñanza-Educación,
donde la Evaluación existe en ese mismo proceso y admite las implicaciones
cognitivas, valorativas y sociales de aquél, por lo que la enseñanza, el
aprendizaje y la misma evaluación, no tienen lugar de manera independiente y
separada, pues estos procesos se provocan, se complejizan, se penetran
teóricamente y se manifiestan en una praxis que es práctica social
transformadora.
En
el pensar crítico del alumno constituye la concientización de la situación
cognoscitiva y la formación de conceptos y valorizaciones. De esta manera, toda
auténtica educación/evaluación se hace investigación en y de, ese pensar; es
decir, se objetiviza la reflexión sobre lo pensado. En este espacio, la tarea del educador consiste en el
pensar su práctica creativa, didáctica, evaluativa, en el proceso unitario de
enseñanza-educación, no siendo sólo el pensar críticamente su condición, sino
actuar creativamente sobre ella en el propósito de educar para transformar y
transformarse así mismo.
Es claro
que en nuestra escuela hay una fuerte división social del trabajo escolar,
entre el trabajo intelectual y el trabajo manual, presentando grandes
dificultades para el proceso de integración de conceptos, metodologías, valores
y actitudes de maestras y estudiantes. En relación a lo anterior señala Nietzsche, la
filosofía es una ciencia que permite evidenciar el lugar paradigmático del
maestro, ya que genera un porqué y un para que de su saber, orientado al
desarrollo del mismo.
En Venezuela
grupos de docentes e investigadores hemos comenzado a interesarnos por la evaluación
educativa. Es sin embargo necesario un gran esfuerzo y sobre todo la participación
activa de los educadores si queremos participar en las nuevas tendencias
educativas y extender el uso y la valoración de la evaluación educativa entre
nuestros alumnos. Esperamos que estas premisas contribuyan a concienciar a los
profesores de la necesidad de su cooperación en esta tarea que, sin duda
repercutirá en la mejor preparación de sus alumnos y en el desarrollo educativo
de nuestro país.
REFERENCIAS:
Muñoz, G. (1992)
Paradigma Sistémico de Evaluación Institucional. Maracay. Centro de
Investigación en Educación de Calidad CEINEDUCA.
Muñoz, G. (2007), Un nuevo paradigma: “La Quinta
generación de Evaluación” Lauros, año/vol. 13, número
023.
Nieztsche, Friedrich
“Sobre el porvenir de nuestras escuelas”, 1872.
Venezuela,
Ley Ogánica de Educación, 1999, Caracas.
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