Concepciones Pedagógicas de las Reformas
Curriculares del Siglo XX Y XXI ¿Evolución
o Involución Educativa?
José
Valderrama
Desde
Barcelona
La educación constituye uno de los pilares
fundamentales en los que se sustenta
cualquier sistema social. Es una necesidad indispensable que permite al
ser humano convivir en sociedad y siempre será además un medio para el
desarrollo de las artes y las ciencias, una vía para la comprensión y la
gestión de los grandes problemas económicos y políticos de cualquier región o país. Es decir, la idea
de la educación es una institución social determinante en el desarrollo y
consolidación del sistema social de cualquier país, sugiere que no existe un único o invariable
fin, que cada sociedad tiene su propio objetivo y sus metas estarán
condicionadas por los propios intereses de la clase o grupo social que ejerce
el poder político. Sin embargo, cuando los fines de la educación no responden a
las exigencias educativas, a sus necesidades sociales y económicas, y son
muchas las situaciones que lo justifican, se formulan propuestas o proyectos
que obligan a reformas y cambios innovadores en los sistemas educativos. No
obstante estas reformas cuando son centralizadas, diseñadas, administradas y
aplicadas desde los organismos oficiales y excesivamente técnicas, solo llegan
a producir ciertas modificaciones superficiales y no muy significativas en la
elaboración de respuestas firmes a los problemas más urgentes de la actividad
educativa.
Ahora bien consideremos las evidencias más relevantes encontradas en la
evolución de las políticas educativas, en el aspecto de
concepciones pedagógicas en el periodo (1870-2007) se resumen de la siguiente
manera: En el primer lugar el decreto de Instrucción Pública de 1870. En este
documento la educación se conceptualiza como instrucción, donde la acción
radica en adquirir cantidad de conocimientos. Trasmitidos por un educador, ayuda
a la formación del sujeto y es la máxima
autoridad reconocida socialmente por la noble tarea que ejerce, Es de carácter
tradicional en esta época, y el docente debía conducir el aprendizaje a guiar al alumno. Los educandos eran concebidos como los que tenían derecho a la
instrucción, estableciendo el principio rector del Estado docente y
estimulándose la educación primaria, los contenidos estaban constituidos por
los principios generales de la moral, lectura y escritura del idioma patrio,
aritmética práctica del sistema métrico, el compendio de la Constitución Federal
y todo lo que los venezolanos querían saber en las distintas ramas del saber.
Después de sesenta y seis años, surge el programa de Gobierno de Eleazar López
Contreras (Programa de Febrero de 1936). La concepción del docente en este
documento se sustenta como un personal competente y necesario para la sociedad,
y cuyas políticas educativas desarrolladas estuvo basada en los siguientes
aspectos: atención a los maestros y profesores, lucha contra la analfabetización,
reorganización de las escuelas primarias, establecimientos de bibliotecas
populares, divulgación cultural en escuelas ambulantes y conferencias, los
libros y la radio, reorganización de la universidad y creación de institutos
politécnicos. Treinta y tres años se
hace la reforma Curricular de 1969
(primer Gobierno del Dr. Rafael Caldera). En esta reforma se concibe a la
educación como instrumento para el desarrollo del hombre, una personalización
creciente. En otras palabras, un potencial en desarrollo, se estimula el
cooperativismo en la situación del aprendizaje como principio social para
compartir el ser y el hacer. Pasado once años se produce la reforma curricular
de 1980 (Gobierno del Dr. Luís Herrera Campins). El Estado docente, la protección
del niño y la vinculación del educador en el sector productivo en su prioridad. Luego de
dieciséis años se presenta una nueva reforma Curricular (1996 Currículo Básico
Nacional Segundo Gobierno de Rafael Caldera). Dentro de esta reforma se fundamenta
la corresponsabilidad y en el consenso, lo que presupone un compromiso
colectivo, se inician los proyectos pedagógicos de plantel y aula (PPP y PPA).
Esto permitió que todos los sectores sociales participaran en el proceso de
construcción del aprendizaje lo que implicó una relación muy estrecha entre
educador- educando- escuela y comunidad. Se logró un sujeto participativo
responsable de su aprendizaje, un ser crítico, investigador, constructor de su
conocimiento. En esta reforma, es cuando se observa con mayor claridad, grandes
cambios en relación educador- educando, existe una mayor participación de ambos, logrando una relación bidireccional
entre ellos. De igual manera, en esta reforma la concepción de educación se visualiza como
un proceso de investigación y de enseñanza-aprendizaje que se dirige a favorecer el desarrollo general de
los individuos y la atención del contexto social. Sólo pasaron cinco años y la
educación venezolana sufre otra modificación el Proyecto Educativo Nacional
2001 (PEN). Donde la educación se define como un proceso permanente que trasciende
las paredes de la escuela. Se plantea la vinculación de la institución con la
comunidad, el docente es visto como una sólida formación pedagógica,
orientador, facilitador, mediador e investigador de los procesos, un promotor
social comunitario, respetuoso de las necesidades del alumno, que permite la incorporación y desenvolvimiento en
cualquier medio rural, urbano, extraurbano, especial, fronterizo e indígena.
Por último seis años más tardes se plantea el Currículo Nacional Bolivariano (Diseño
Curricular del Sistema Educativo Bolivariano Septiembre 2007). La educación es
concebida como un proceso colectivo e integrador y a la sociedad como una gran
escuela formador de ciudadanas y ciudadanos, además se define como un proceso
político y socializador que se genera de las relaciones entre la escuela, la
familia y la comunidad, de igual forma, se convierte en un proceso social que
emerge de la raíz de cada pueblo. Orientado a desarrollar el potencial creativo
de cada ser humano y alcanzar el pleno ejercicio de su personalidad, en una
sociedad democrática basada en la valorización de la ética del trabajo y de la
participación activa, consciente, solidaria en los procesos de la transformación
social consustanciado con los valores de la identidad venezolana, y se
fundamenta en cuatro pilares
fundamentales: aprender a creer, aprender a convivir, aprender a valorarse y
aprender a reflexionar.
¿Habrán significado estos cambios una
forma de desarrollo social para nuestra nación o una maquinaria regresiva que
pretende pasar de lo heterogéneo a lo homogéneo?
Prof. José Valderrama
Tlf: 04148182637
Correo electrónico:
josevalderramag@gmail
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